¡Anímate a ser diferente!

¡Anímate a ser diferente!

Quién, no se ha detenido por un momento a ver los aviones llegar y salir del aeropuerto Olaya Herrera, tuve el placer de verlo por un tiempo, cuando caminaba desde casa hacia mi trabajo, debía rodear todo el aeropuerto hasta las 10. Me encantaba ese recorrido, fresco, colorido, con olor a naturaleza, era fácil para ir en bici si quería, y lo mejor era que me cruzaba con varios peludos en sus caminatas mañaneras.

Fue en una de esas caminatas donde mi alarma interna se prendió, imposible no notarlo, la cantidad de basura que dejaba la gente en las zonas verdes y los alrededores del aeropuerto era exasperante, me llenaba de impotencia, y  no lograba entender como hay gente que es capaz de tirar basura a la calle. Así que bueno, si no soportaba verlo, debía hacer algo, entonces empecé a llevar una bolsa para recoger lo que podía. El protagonista número 1, era el plástico de un solo uso, como los vasos del raspao, el envoltorio de la chocolatina o del helado, la botella de la gaseosa, el pitillo del jugo en cajita, la bolsa en la que llevaron el paquetico que se iban a comer, en fin, podríamos hacer una lista interminable, y lo sabes, pero precisamente gracias a esas caminatas entendí que no solo era recoger la basura, era aprender nuevas cosas para integrarlas a mi vida, a mis hábitos, a mi consumo.

Quiero compartir algunos cambios que he tenido en mi camino hacia una vida más simple, más sustentable, consejos que te puedan ayudar y con los que te sientas identificada:

-Sigo caminando, camino mucho y casi para todos lados, si no puedo caminar, me voy en bici, el transporte público es mi última opción.

Soy Fan de los envases de vidrio, son multiusos; un tarro de mermelada, una vez terminado, te puede servir como vaso, como recipiente para guardar las especias o como florero. Si quieres conocer más ideas para los envases de vidrio, dinos, con gusto crearemos un nuevo artículo con más ideas.

Conoce tu ciudad y sus plazas de mercado, tómate el tiempo para comprar tu alimento. Con lista en mano, coge tu mochila, tus bolsas ecológicas y ve a explorar, a comprar pura fruta y verdura, de la fresca de verdad, la que no tiene químicos, la que es hecha por nuestros campesinos, en nuestras tierras. Una vez que comes un mango o te haces un jugo de maracuyá con lo que compraste en la plaza, no vas a querer volver a comprarla en un supermercado. ¡Oiga! Que cosa más sabrosa.

De las primeras cosas que cambié fue el ahorro del agua, no se imaginan la cantidad de agua que malgastamos. La gente deja el agua corriendo como si no hubiera un mañana, se demora eternidades en la ducha, utiliza manguera para lavar las calles, ¡fail!, y lo peor tiramos el agua de los alimentos, que es tan nutritiva, por ejemplo, el agua donde hervimos los fideos o lavamos los granos, ¡no la tires! guárdala y riega tus plantas, es pura fuerza natural. Recuerda el agua es un recurso sagrado y no es inagotable.

Uno de los hábitos que tengo desde que era pequeña, gracias a una abuela que le gustaba recorrer el barrio entero, visitando a sus amigos con su nieta a cuestas, es caminar, lo disfruto mucho, es delicioso. Mi tercera invitación es a que salgas a caminar, y si no te animas, sal a andar en bici, pero aprovecha esa manera de ver la ciudad, ¡tu curiosidad se disparará!

Mis intentos de huerta han sido infinitos actos frustrados de desesperación, pero no paré, cada vez intentaba de manera diferente para ver qué pasaba, y al final pasó. ¡Con una gran emoción vi, como una semilla fue creciendo hasta llegar a dar unos tomates Cherry, que te mueres!, todavía no me lo puedo creer, ¡es que es mágico!  Eso es magia, la naturaleza es increíble, cómo de algo tan pequeño sale algo tan rico, y la vuelta aquí es como lo hace, ósea la planta va creciendo tranqui, como si nada y de repente la flor se va convirtiendo en fruto, y luego te lo puedes comer, sin basura de por medio, sin químicos, sin desperdicio, nada, de la huerta al plato. Es una de las mejores sensaciones que me ha regalado la naturaleza.

Fueron 6 experiencias que se convirtieron en nuevos hábitos dentro de mis rutinas diarias, espero te haya ayudado en algo, o te haya causado curiosidad para animarte al cambio, ¡¡¡dale!!  Anímate a ser diferente para contagiar a otros.

En este mundo, que cada vez corre más rápido, te invito a que vivas lento, a respirar y ser consciente de ello, a disfrutar de las cosas simples para poder entender, que es mejor coleccionar historias, que cosas y entender que cualquier día es perfecto para comenzar a cambiar.

“La naturaleza tiene música para los que quieren escuchar”

Por: Geraldine Torres

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